Nueve pasos, nueve pueblos. La plaza del Pan fue el punto de encuentro de los centenares de cofrades de Talavera y comarca que ayer participaron en la procesión comarcal.
J. Guayerbas
Las calles del Casco Viejo se convirtieron ayer en el punto de encuentro de los cofrades y vecinos de la comarca de Talavera. Nueve municipios, con sus respectivas imágenes, procesionaron desde las seis de la tarde para representar La Pasión de Jesús a través de la imaginería que los templos de la comarca custodian desde tiempos ancestrales.
El inicio de la procesión vino marcado por un claro acento talaverano, cuatro hachones de cerámica portados por mujeres ataviadas con el traje antiguo de talaverana dieron paso al Cristo del Mar. El crucificado, procedente de la capilla de las Santas Alfareras Justa y Rufina de La Colegial, forma parte de un proyecto conjunto entre el Ayuntamiento y la Junta de Cofradías con el fin de promocionar la cerámica y la Semana Santa.
Además, el público pudo disfrutar de las antiguas andas de la Cruz de los Alfareros, talladas en madera y con incrustaciones de cerámica de Ruiz de Luna y Niveiro que sirvieron para llevar al Cristo del Mar por las calles de Talavera.
Una vez que todos los pasos se encontraban en la plaza del Pan, el vicario episcopal, Felipe García, fue el encargado de oficiar una homilía para comenzar así con la procesión que por tercer año consecutivo acaparó las miradas de multitud de fieles que aguardaban el paso del cortejo en todas y cada una de las calles del recorrido.
Seis bandas de música y cornetas y tambores fueron las encargadas de marcar el paso a los más de un centenar de cargadores que participaron en el cortejo. Sones cofrades que despertaron los aplausos del público en la tanto a la salida de La Colegial, como en el transcurso del cortejo.
La encargada del paso de la ‘Flagelación del Señor’ de San Bartolomé de las Abiertas, Felisa Ramírez, explicó que es la primera vez que la imagen de Jesús atado a la columna sale en procesión. «En el pueblo tenemos procesiones el Jueves Santo y el Viernes Santo, pero el Cristo de la Flagelación no procesiona nunca».
Asimismo, Ramírez señaló que todo San Bartolomé ha trabajado para hacer posible que una de sus imágenes participase en la procesión de la comarca. «Estamos muy orgullosos de estar hoy aquí, es algo muy importante», explicó emocionada.
Jesús Ávila, mayordomo del paso de la Oración en el Huerto de Calera y Chozas, indicó mientras ultimaba los preparativos minutos antes de la salida que no es la primera vez que la hermandad participa en la procesión de la comarca, sino que en 2007 «nos llenó de satisfacción procesionar con el Cristo de Chozas, por lo que este año nos invitaron y no pudimos decir que no».
El sentimiento y la ilusión de los cofrades de la comarca quedó más que demostrada en la salida de los pasos por el dintel de La Colegial. Las bandas, como la de Cornetas y Tambores Inmaculada Concepción de Alcaudete de la Jara, despertó la ovación ante la salida de la Virgen Dolorosa, que llegó a la parroquia jareña en 1941 procedente del taller de Quintín de Torre Berastegui.
Entre las cofradías que mayor interés despertaron se encontraba la de Jesús de Medinaceli de Santa Olalla. El patrimonio de esta corporación, formado por una espectacular cruz de guía y un trono de orfebrería plateada, junto al buen hacer de sus anderos, comandados por Rafael Rodríguez Mata, fueron los ingredientes necesarios para que el pueblo de Santa Olalla dejase un gran recuerdo en el público que ayer asistió a la procesión ‘La Pasión del Señor en la comarca y Vicaría de Talavera’.
La iniciativa que en 2007 nació de la Junta de Cofradías de Talavera se encuentra más que consolidada en el programa cultural y litúrgico de la Semana Santa. Única en España, la procesión demostró ayer que Talavera y sus pueblos viven la Pasión con entusiasmo, entrega y ante todo, devoción.
