miércoles, 16 de marzo de 2011

A Jesús: ¡Dejadme elevar mis manos!

Dejadme elevar mis manos,
hacia el Cristo que nos mira
y cuya Pasión me inspira,
fe y amor por los cristianos.

¡Ampáranos, noche y día,
te lo pedimos, Jesús;
no estas solo en tu agonía,
... aquí esta tu Cofradía
para cargar con tu Cruz!

Por la sangre que se ve
en ese rostro divino,
por los clavos que en sus pies
y sus manos han hundido,
los miles de pecadores
con sus miles de martillos.

Perdona nuestros errores,
más que pedir ... ¡lo suplico!
Por tu Pasión tus Dolores,
llévanos al buen camino.

Dejad que mi alma os hable
yo quiero sufrir con Dios,
moriste sin ser culpable
para salvarnos Señor.

¿Dónde esta mi fe, mi alma?
que la busco y no la encuentro,
de tanto correr, no vivo,
de tanto mirar, no siento.

Cuesta abajo, mi egoísmo
solo piensa en mis deseos,
con la vista puesta en hoy
sigo corriendo y corriendo,
sin saber a donde voy
sin pensar de donde vengo,
y el temor de tropezar
me impide mirar la cielo.

Cambiar el ritmo, parad,
queridos santaolalleros,
volvamos a revisar
nuestros fervientes deseos.

Mirad al mundo ¡Mirad!
veréis guerra y sufrimientos,
gentes que están sin amor
familias sin alimentos.

Niños con mucho dolor
ancianos solos muriendo
enfermos, padres en paro
y jóvenes sin provecho.

Dinero gastado en drogas,
en lujos y en armamento.
Es la triste realidad,
recemos por todo ellos.

¡Oh, Virgen de la Piedad
Padre Jesús Nazareno!
Dad a la tierra la Paz
Protegednos desde el cielo.

... Y ayúdanos a aliviar
las penas de nuestro pueblo.

Cipri Carretero.-