jueves, 28 de abril de 2011

SALUDO DEL EXCELENTÍSIMO Y REVERENDÍSIMO MONSEÑOR BRAULIO RODRÍGUEZ PLAZA. ARZOBISPO DE TOLEDO, PRIMADO DE ESPAÑA

Queridos diocesanos de la parroquia de Santa Olalla:

Me dirijo a vosotros, párroco y fieles, con profunda alegría para compartir la especial efémerides que conmemoráis este año: el 25° aniversario de la coronación canónica de vuestra patrona. Doy gracias a Dios con vosotros por este acontecimiento tan significativo en la vida de vuestra parroquia.

En efecto, el 4 de mayo de 1986, el Cardenal Don Marcelo González Martín, mi predecesor de venerada memoria, presidía la solemne Misa en la que procedió a coronar canónicamente a la imagen de la Virgen de la Piedad. Se culminaba así un camino largo marcado por el amor y la devoción a la Virgen. Una senda que hunde sus raíces en una tradición del siglo XI y que ya encuentra apoyo documental en el siglo xv. Devoción y amor que se vieron aumentadas y custodiadas desde que otro predecesor mío, el Cardenal Don Pascual de Aragón aprobó, el 13 de octubre de 1675, las Constituciones de fundación de la Esclavitud de Nuestra Señora de la Piedad.

Recordamos ahora con gratitud renovada a tantos sacerdotes y fieles que durante siglos y generaciones transmitieron la fe y la devoción a la Virgen en esa querida villa de Santa Olalla, vinculada desde su nacimiento al cristianismo en nuestra patria. Recordamos especialmente a los que se ilusionaron, trabajaron y consiguieron la coronación de la Virgen: el párroco de entonces, Don Antonio, y tantos feligreses y feligresas que, movidos por el amor a la Madre, hicieron realidad ese gesto de gratitud filial a Ella. Hacemos memoria agradecida también de las autoridades municipales que colaboraron en esta iniciativa, poniendo así de manifiesto que las creencias de un pueblo son contribución eficaz para el bien común de la sociedad y no un estorbo en la vida pública.

Hacer memoria de estos 25 años no tiene que significar sólo mirar al pasado sino vivir el presente y comprometemos para el futuro. Pido al Señor para que esta conmemoración sea una ocasión propicia para que renovéis la vivencia de vuestra fe, para que actualicéis vuestro testimonio cristiano. Estamos celebrando el tiempo pascual; Jesucristo resucitado nos ha regalado su nueva vida por medio del Bautismo, nos ha enviado como testigos suyos por la Confirmación y nos alimenta y nos sostiene en nuestro caminar por medio de la Eucaristía, Él mismo que se entrega como alimento. Os invito de todo corazón a actualizar esa vocación bautismal, a desplegar todo el dinamismo de la nueva vida en Cristo en la que somos injertados por la Iniciación cristiana. Éste será un objetivo pastoral de nuestra diócesis y deberá serio también de esa querida parroquia.

Invito especialmente a las familias para que sigan transmitiendo la fe, como lo hicieron vuestros mayores. Invito especialmente a los jóvenes de la parroquia para que, sin prepotencia pero sin complejos, testimonien su fe y su devoción a la Virgen en medio de sus compañeros; os animo de corazón a que participéis en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, ocasión propicia de sentirse Iglesia junto a jóvenes de tantas partes del mundo y bajo el cuidado pastoral del, Sucesor del apóstol Pedro. Felicidades, pues, a todos. Tendremos ocasión de compartir juntos la oración en la Eucaristía de acción de gracias del próximo día 2 de mayo; mientras me uno a vuestro canto a la Virgen de la Piedad y le ruego: “no olvides a tus hijos que tanto te aman".

Recibid mi bendición afectuosa.


+ Braulio Rodríguez Plaza. Arzobispo de Toledo. Primado de España